lunes, 14 de enero de 2013

El mediador intercultural en España



La implantación del mediador intercultural en la comunidad educativa española es muy reciente y no ha estado ajena a polémicas de todo tipo, al no estar muy bien definido quién o qué organismos son los encargados de formarles, ni el papel que deben de llevar a cabo; tampoco está muy bien determinado en qué dirección han de actuar, si sólo con minorías o, también, con el resto de alumnos. Por último, señalar que los expertos no se muestran de acuerdo en cuestiones básicas, como son: el establecer la formación que deben tener los mediadores, así como su vinculación, ya que se discute si deben estar adscritos a los Servicios Sociales de un municipio o al centro.
Mientras unos opinan que hay que crear esta nueva figura dentro del sistema educativo universitario español, dotándole de unas características propias y bien definidas otros, por el contrario opinan, como el profesor Vázquez Gómez, que en la universidad ya existe una titulación académica que puede resolver esta dificultad y sale en defensa de la titulación universitaria en educación social, cuyos rasgos principales, señala, son la educación para la interculturalidad y el aprendizaje del francés, como idioma que facilita la labor de comunicación con los inmigrantes de origen magrebí.
De cualquiera de las maneras, la formación del mediador debe ir dirigida, y en eso sí se 
muestran todos de acuerdo, a potenciar la educación entre iguales, desarrollando hábitos de tolerancia yrespeto entre los alumnos de distintas culturas que conviven en el mismo centro y en la misma clase.

Esta última cuestión nos lleva a otro de los planteamientos que hoy en día están surgiendo desde distintas instancias y se refiere al origen de estos mediadores, ya que no está nada claro tampoco si el mediador debe pertenecer o no a uno de los colectivos de referencia; por ejemplo, un mediador marroquí para los alumnos procedentes de Marruecos, un mediador rumano, para los de Rumania, etc.
Nosotros no nos vamos a inclinar por un lado u otro, aunque sí nos mostramos partidarios de que el profesor reciba una formación permanente que le permita atender con normalidad este proceso que se está produciendo en la escuela dentro de ese amplio término que define la diversidad cultural, al mismo tiempo, que creemos en la necesidad de contar en el centro con una persona que conozca con profundidad la cultura y el idioma de los inmigrantes, que actúe como interlocutor válido entre las partes implicadas.







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